Igual que los vemos fuera, todos tenemos en nosotros los 4 elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra.
La Tierra es lo que nos conecta con lo físico, con lo material, y también con lo concreto. Nos da estabilidad, nos sostiene. Si soy demasiado tierra, puedo convertirme en alguien rígido, demasiado apegado a lo físico y material, y a los planes, con dificultad para moverme. Está relacionado con nuestro chakra base (zona genital). Si soy poco tierra, me cuesta concretar, pisar realidad.
El Agua es nuestro mundo emocional, es el disfrute y el deseo, la flexibilidad, la alegría. Demasiada agua, puede llevarnos a quedar atrapados en nuestras emociones. Poco agua, nos habla de la necesidad de ser más flexibles y de disfrutar más, de ponernos más en contacto con nuestro mundo emocional. Está relacionado con nuestro chakra Sacro (zona sacra-riñones).
El Fuego es la energía y pasión que nace de nuestro propósito de vida, y que nos permite avanzar a pesar de los obstáculos. Demasiado fuego, puede hacernos impulsivos, incluso agresivos. Poco fuego, es desmotivación, falta de propósito. Está relacionado con nuestro chakra Plexo solar (boca del estómago o final del esternón).
El Aire es la visión, la perspectiva, las ideas. También es el amor, la compasión. Demasiado aire puede tenernos en un plano poco conectado con la realidad, muy mental. Poco aire, es poco pensamiento, o pensamientos pesados, poco amorosos hacia uno mismo o hacia otros. Está relacionado con nuestro chakra corazón (a la altura del corazón).
¿Sabías que estos 4 elementos están relacionados con nuestro equilibrio interno entre energía femenina (Tierra y Agua) y masculina (Fuego y Aire)?.
Cuando meditamos y equilibramos nuestros 7 chakras básicos, también hacemos un trabajo en nosotros, de equilibrio de los 4 elementos.
¿Cómo están los 4 elementos dentro de tí?
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